Clos Pachem – HArquitectes (2017–2020): ladrillo, inercia y clima para hacer vino
Clos Pachem en Gratallops (Priorat, Tarragona) es una bodega de HArquitectes que convierte el edificio en una máquina ambiental sobria y eficiente. Lejos del objetualismo, la arquitectura trabaja con masa térmica, aire en movimiento y luz medida para asegurar un microclima estable a lo largo del año —condición esencial para vinificar y crianza— y, al mismo tiempo, abrir la bodega al pueblo mediante un patio-atrio que organiza las visitas.
Implantación y programa
El solar, entre medianeras y con frente a la calle, pedía una respuesta compacta y densa. La bodega se organiza en tres franjas: un ámbito público con acceso y tienda, una nave productiva central con depósitos y tolvas, y un paquete más controlado para salas técnicas y apoyo. El recorrido del visitante discurre siempre por espacios templados y bien ventilados, con vistas cruzadas a la producción sin interferirla.
Arquitectura como máquina climática
El corazón del edificio es su envolvente de ladrillo portante y alta inercia térmica. Muros gruesos con cámaras y piezas cerámicas alveolares estabilizan la temperatura; la ventilación natural se apoya en conductos y patios que inducen corrientes según la estación. La cubierta incorpora capas ventiladas y sombreados que evitan la ganancia en verano y facilitan la disipación del calor acumulado. El resultado es un edificio que trabaja casi siempre en régimen pasivo, con un consumo energético muy contenido.
Proceso gravitatorio y logística
La uva entra alta y avanza por gravedad hasta depósitos y prensas, reduciendo bombeos y oxidaciones. Las luces amplias de la nave central y el orden de pasarelas facilitan limpieza y control. La bodega funciona como un instrumento: cada espacio tiene la temperatura, humedad e iluminación adecuadas al proceso —fermentación, estabilización, crianza o embotellado— con mínimos aportes mecánicos.
Materialidad y luz
La paleta es radicalmente sobria: ladrillo visto, hormigón y acero galvanizado. El ladrillo no es revestimiento sino estructura y regulación higrotérmica; su textura guía el aire y difunde la luz rasante. Las aberturas altas evitan deslumbramientos, y los umbrales espesos filtran el paso entre ámbitos de distinto régimen térmico. El conjunto transmite una domesticidad industrial acorde con la escala del pueblo y la memoria agrícola del Priorat.
Planimetría
Obra y proceso
Experiencia del visitante
El proyecto entiende la visita como una coreografía lenta: desde la calle se cruza el umbral denso del atrio, se perciben olores, humedad y temperatura constante; la producción se observa sin perturbarla y el recorrido termina en las catas, abiertas al patio. Arquitectura y enología se solapan en una sola narrativa —el clima como materia de proyecto—, en la línea de otras obras que integran programa y atmósfera, como la reforma del Reichstag o la Tate Britain, donde la estrategia espacial ordena la experiencia.
Conclusión
Clos Pachem HArquitectes ofrece una lección de arquitectura climática aplicada a la industria del vino: con ladrillo, aire y gravedad se construye estabilidad, higiene y calidad espacial. La bodega funciona como un organismo sobrio, fácil de mantener, arraigado a la tectónica del lugar y preparado para acompañar el tiempo largo de los vinos.
Créditos: Fotografía: Adrià Goula + Jesús Granada.
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